Esta pequeña cala está situada muy cerca de la villa marinera de Suances y recibe su nombre de la ermita que tiene justo enfrente. Esta ermita es muy curiosa debido a su emplazamiento. Se encuentra en el interior de una cueva y sólo es visitable cuando el mar está en calma y con marea baja porque cuando hay mareas muy grandes el camino que lleva a la misma es ocultado por el agua. Bordeando esta cala hay acantilados desde los que se obtienen fantásticas vistas al mar.

Es un lugar muy tranquilo y poco visitado por el turismo, ya que hasta hace bien poco la playa estaba en un lugar poco accesible y era conocida por muy poca gente. De hecho, la carretera que lleva a ella es una comarcal y antes no había indicación ninguna, por lo que esta playa sólo la disfrutaban los lugareños. Sin embargo, hace dos o tres años hicieron un aparcamiento público al lado de la playa, lo cual es muy cómodo, pero ha hecho que esta playa pierda su encanto de entorno salvaje.

La ermita de Santa Justa se cree que fue habitada por algún anacoreta (entre el siglo VIII y el X) que emigró de las zonas que habían sufrido la invasión musulmana, posiblemente de Sevilla donde estaban los restos de las santas Justa y Rufina.

Ambrosio Morales (humanista, historiador, sacerdote y catedrático de la universidad de Alcalá en el siglo XVI), en su libro «Viaje Santo», nos indica que «A media legua de Santillana, en una peña que se entra en la mar, está una iglesia dentro de una cueva teniendo la advocación de Santa Justa y Rufina, que están allí sus benditos cuerpos, y por esto tienen aquella ermita en gran veneración».

Bibliografía y Fotografía

  • Información extraida de la web www.gabyrulo.es
  • Fotografías de Eugenio Alonso Cuco, colección particular

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